
A todos los padres nos gusta tener hijos socialmente ajustados, que se relacionen bien con otros y compartan, sepan tomar turnos, resolver conflictos de manera independiente, sean ambles, sepan cómo acercarse a otros y comunicarse de manera efectiva, se recuperen rápido ante los desacuerdos o cuando sientan que han sido tratados injustamente, etc. Pero qué triste es para un padre ver que un niño es agresivo, no juega bien con los demás, necesita entirse en control del juego y decirle a otros qué deben hacer, y por estas razones es rechazado.
Aunque la mejor manera de trabajar estas habilidades sociales es con ayuda de un profesional, hay mucho que podemos hacer como padres para compensar los déficits en esta área de desarrollo.
Aquí te dejo algunas sugerencias.
- Observa a tu hijo atentamente mientras juega con otros niños y determina cuáles son
las habilidades específicas que necesita desarrollar.
- Haz una lista de esas habilidades que te ayude a trabajar con ellas y a monitorear el
progreso.
- Escoge una o dos y dedícales un par de semanas o tanto tiempo como sea necesario,
hasta que veas un avance significativo en el uso de las mismas.
- Enséñales esas habilidades de manera explícita a tu hijo. Escríbanlas o, aún mejor,
dibújenlas para que tenga una representación concreta de estas.
- Practica usarlas en la casa, así como si estuvieras actuando en una obra de teatro.
Modélalas primero y luego intercambia roles con tu hijo para darle la oportunidad de
practicarlas.
- Busca oportunidades en la vida diaria donde otros niños estén practicando las
habilidades seleccionadas y házselo notar en privado. Pueden observar a otros niños
jugando en un parque u otros lugares públicos o sentarse a ver juntos algún programa
de televisión, películas, videos, etc. Conversen sobre las habilidades que observaron
tan pronto sean evidentes en esos escenarios.
- Bríndale oportunidades para practicarlas con otros niños, haciendo citas de juegos en
las que estés presente, ya sea en lugares públicos o en tu casa.
- Selecciona los niños a los que vas a invitar mientras enseñas la habilidad y escoge
aquellos con los que tu hijo parece llevarse bien, pueden ser un buen modelo para
imitar y cuyos padres sean comprensivos y acepten a tu hijo.
- Limítate a un niño en cada ocasión y a medida que adquiera ciertas destrezas puedes
abrir gradualmente el círculo de amigos.
- Planea actividades estructuradas que requieran asistencia de un adulto y cooperación
entre los niños, como completar un proyecto de arte o preparar una receta de cocina
sencilla, para que puedas guiarlo en el uso de las habilidades seleccionadas y ayudarlo
a tener éxito en el uso de las mismas.
- Mantente cerca del área donde tu hijo esté jugando para que puedas evaluar de manera
discreta el uso de las habilidades en las que te estás enfocado en ese momento.
- Tan pronto te sea posible y sin que otros niños te escuchan, reconócelo por haber
usado esas destrezas o recuérdaselas cuando necesite ayuda.
- No dejes de intervenir cuando sea necesario, redireccionando su atención hacia ti o
hacia cualquier otra actividad que planees de antemano.
- Permítele participar en actividades de la comunidad en las que el niño se interese y
donde encontrará niños con intereses comunes, pero evita aquellas que son de poco interés o en las cuales sabes que será muy difícil para tu hijo usar las habilidades interpersonales, como aquella que envuelven grupos muy grandes de niños y poca supervisión de los adultos o no son apropiadas para su edad.
- Una vez más, recompensa, recompensa, recompensa. Hazlo tan frecuentemente como
te sea posible. Un abrazo, una sonrisa, un certificado, una calcomanía, un postre, una
merienda pequeña o una salida especial son maneras fáciles y eficaces de animar al
niño a continuar usando las habilidades.
- Una vez que sientas que esas habilidades están siendo usadas consistentemente,
selecciona nuevas habilidades y comienza el mismo proceso.
- Por último, sé paciente. Este es un trabajo que no se logra de un día para otro y
requiere constancia, pero la alegría de ver a nuestros hijos tener amigos y disfrutar con
ellos hacen que valga la pena cualquier esfuerzo que podamos hacer para ayudarlos.
Lillian Matutes
13 de febrero del 2025.
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