¿Escuela? ¡No, yo no quiero ir a la escuela! Cómo ayudar a niños y adolescentes con la ansiedad por el regreso a clases.
- lbediaabella
- 3 ago
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Actualizado: 15 ago
Los meses de verano parecen ser largos. Muy pronto los niños se acostumbran a levantarse tarde y desayunar aún más tarde, a días de descanso en casa que se convierten en noches de película o diversión familiar, a viajes a la playa, paseos, piscina, largas horas de juegos con amigos y otros entretenimientos. Estas actividades hacen que el tiempo se nos vaya de las manos y en un abrir y cerrar de ojos llegue el momento de regresar a la escuela.
¿Por qué los niños se sienten ansiosos al regresar a la escuela?

A todos nos resulta difícil regresar de unas vacaciones divertidas a una rutina más estructurada y si bien algunos niños extrañan a sus amigos y están listos para emprender esa nueva etapa, a otros se les dificulta más y muestran signos de ansiedad que pueden variar en intensidad.
Cada inicio de curso trae consigo cambios significativos y los niños que han estado en la escuela por algunos años los saben muy bien. Hay nuevas maestras con personalidades, estilos de enseñanza y expectativas diferentes a las del curso anterior, nuevos compañeros de clase, mayores exigencias al pasar de grado, tal vez hasta nuevos directores y cambios en las expectativas del plantel a nivel general. La escuela no es necesariamente un lugar feliz para todos los niños. Son pocos los que tienen resultados académicos excelentes, siguen las reglas de disciplina al pie de la
letra, se sienten queridos por sus maestros y gozan de popularidad entre sus compañeros. Las experiencias negativas de cursos anteriores parecen salir a la memoria en esta etapa.
El regreso a clases es especialmente difícil al cambiar de escuela, avanzar de nivel académico o cuando va acompañado de otros cambios importantes en la vida o familia del niño, como enfermedades recientes, nacimiento o adopción de un hermanito, divorcio o separación de los padres, cambio de vivienda o la enfermedad o muerte de un ser querido.
¿Cuáles son los signos de ansiedad más comunes?
Los síntomas de ansiedad pueden variar en intensidad. Algunos niños o adolescentes solo muestran un poco de preocupación o se vuelven inquietos, de manera que los adultos a su alrededor ni siquiera se percatan de que su conducta está relacionada con el regreso a clases. A veces la ansiedad se refleja en preguntas constantes sobre lo nuevo o desconocido. Algunos jóvenes se quejan de síntomas físicos, como dolor de estómago o de cabeza. En otros casos les cuesta separarse de los padres, lloran y se niegan a quedarse en la escuela cuando llega el momento de entrar a clases.
¿Cómo podemos ayudar a aliviar la ansiedad de nuestros hijos?
Es importante estar atentos a cualquier cambio en la conducta de nuestros hijos y darles la confianza que necesitan para hablar sobre sus inquietudes. Cuando les hacemos preguntas sobre lo que les preocupa y escuchamos atentamente demostramos que sus preocupaciones son válidas. Lejos de tratar de negar sus miedos o convencerlos de lo contrario, esforcémonos por mostrar que entendemos cómo se sienten y asegurarles que pueden confiar en nosotros.
La mejor manera de adaptarse otra vez a la rutina es de manera gradual. Unos días antes del inicio del curso comienza a acostarlos un poco más temprano y a simular la rutina de los días de escuela. Si crees que la separación será muy difícil, puedes visitar la escuela y si ha tenido un cambio de maestra es bueno que pueda conocerla antes del primer día de clases. Generalmente las escuelas planean eventos de este tipo para facilitar la transición.
Unos días antes puedes recordarle los nombres de sus mejores amiguitos y si es posible programar una llamada telefónica o tiempo de juego que les ayude a reconectarse. Recordar experiencias positivas, tales como logros o días especiales de diversión del curso escolar anterior reforzará su autoestima y su conexión con la escuela.
Es recomendable que la maestra conozca si ha habido cambios importantes en la vida del niño, tales como los mencionados anteriormente. Las consejeras de escuela pueden brindar apoyo adicional durante el día escolar. Mantener una buena comunicación con el personal escolar es el primer paso para que tu hijo pueda recibir el apoyo que necesita.
Si crees que la separación del primer día va a ser muy difícil, es una buena idea comunicarse con la maestra de antemano y crear un plan. La compañía de algún otro adulto o amiguito que el niño conozca mientas camina al salón de clases puede ayudarle a sentirse mucho más seguro.
Generalmente la ansiedad por el regreso a clases va desapareciendo a medida que
avanza el curso escolar, pero si ves que persiste no dudes en comunicarte con un profesional de salud mental infantil, como un psicólogo, consejero o terapeuta de juego. Ellos están entrenados para ayudar a los niños a entender mejor sus emociones y el mundo que les rodea y para encontrar las estrategias que necesitan para vencer los obstáculos que aparecen en el camino.
Que este curso escolar sea de éxito, aprendizaje y diversión para tus niños y adolescentes.
Lillian Matutes
25 de julio, 2025
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